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domingo, 16 de octubre de 2016

Tú no te ríes nunca

Un pequeño detalle de una historia que un día puede ser contada.

A ella le gustaba estar con él, sin saber por qué, su amistad se estaba convirtiendo en un sentimiento, que hacía que siempre estuviera en su cabeza, pero él, siempre parecía distante y nunca se reía, quizás era porque él no se encontraba a gusto con ella y sólo era agradable por amabilidad. Un día, casi con miedo, decidió preguntárselo.

-Tú no te ríes nunca.

-No me gusta reír.

-¿Por qué?

-Porque no sé reír.

-Ríe por favor.

A él no le gustaba reírse en público, porque se avergonzaba de su sonrisa y esa mujer le gustaba desde que la vio, y no sabía cómo decírselo, y si se reía y a ella no le gustaba, pero ella se lo pedía y trató de reír.

Ella vio su sonrisa, lo mal que lo estaba pasando y notó cómo le traspasaba esa sonrisa, y no lo pudo evitar, le dio un beso en los labios, aunque le costase que él la rechazase.

Él dejó de reírse y le preguntó:

-¿Por qué me has besado?

-Te pido perdón, lo siento, me encantó tu sonrisa y no pude evitarlo.

Y él volvió a sonreír como nunca lo había hecho en su vida.







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