Gracias
Óscar Cdvr, por la inmensa emotividad de tu comentario, este es un
pequeño fragmento "...fue
ese Mar, el que tal vez sin darte cuenta, sin ser consciente, te
susurró al oído las historias que una tarde comenzaste a
escribir..."
“Luis
Anguita Juega, no podía ser de otra forma, juega con las palabras,
unas palabras que se unen creando frases que cuentan hermosas
historias.
He de confesarte Luis, que te conocí, como ocurre todo en esta vida, por casualidad, y de algún modo este destino que hace que los personajes de tus historias se encuentren, también provocó que no me encontrase contigo y me siento orgulloso, porque tenemos algo en común.
Cualquier historia siempre tiene algo de autobiográfico, y creo que tú has sido capaz de oír el Mar. No cualquier mar, sino el mar de Mare fue el que te cautivó, fue ese Mar, el que tal vez sin darte cuenta, sin ser consciente, te susurró al oído las historias que una tarde comenzaste a escribir, a escondidas incluso de tu familia y que hoy todos los que hemos tenido la fortuna de haberlas leído tanto te agradecemos.
Porque tú Luis, escribes con el corazón, has publicado ya tres novelas, cada una de las cuales me ha emocionado profundamente, he de confesar que más de una vez se me han humedecido los ojos y alguna lágrima furtiva asomó al exterior.
Con la publicación de tu tercera novela (perdona, Luis, nunca diré la última), nos has anunciado que cierras un ciclo. Cierras el ciclo de Mare, de sus gentes y de las dos generaciones (incluso tres) que hemos conocido, y es una pena, porque no sabremos si el joven Aarón, será capaz de confesarle a Elena su amor, pero como dijo Michael Ende en "La Historia Interminable" esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión. Lo que sí sabemos es que no dejarás de escribir, porque lo que comenzó tal vez como un "pequeño sueño", se ha ido transformando y mientras quede "un lugar para soñar", sé, Luis que descubrirás "donde está tu destino".
Luis, yo no soy de letras, pero te quiero agradecer desde lo más profundo de mi corazón la oportunidad que nos brindas año tras año que pese a la lluvia (que acompaña en el exterior a tus presentaciones) hagas brillar el sol en nuestros corazones.”
He de confesarte Luis, que te conocí, como ocurre todo en esta vida, por casualidad, y de algún modo este destino que hace que los personajes de tus historias se encuentren, también provocó que no me encontrase contigo y me siento orgulloso, porque tenemos algo en común.
Cualquier historia siempre tiene algo de autobiográfico, y creo que tú has sido capaz de oír el Mar. No cualquier mar, sino el mar de Mare fue el que te cautivó, fue ese Mar, el que tal vez sin darte cuenta, sin ser consciente, te susurró al oído las historias que una tarde comenzaste a escribir, a escondidas incluso de tu familia y que hoy todos los que hemos tenido la fortuna de haberlas leído tanto te agradecemos.
Porque tú Luis, escribes con el corazón, has publicado ya tres novelas, cada una de las cuales me ha emocionado profundamente, he de confesar que más de una vez se me han humedecido los ojos y alguna lágrima furtiva asomó al exterior.
Con la publicación de tu tercera novela (perdona, Luis, nunca diré la última), nos has anunciado que cierras un ciclo. Cierras el ciclo de Mare, de sus gentes y de las dos generaciones (incluso tres) que hemos conocido, y es una pena, porque no sabremos si el joven Aarón, será capaz de confesarle a Elena su amor, pero como dijo Michael Ende en "La Historia Interminable" esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión. Lo que sí sabemos es que no dejarás de escribir, porque lo que comenzó tal vez como un "pequeño sueño", se ha ido transformando y mientras quede "un lugar para soñar", sé, Luis que descubrirás "donde está tu destino".
Luis, yo no soy de letras, pero te quiero agradecer desde lo más profundo de mi corazón la oportunidad que nos brindas año tras año que pese a la lluvia (que acompaña en el exterior a tus presentaciones) hagas brillar el sol en nuestros corazones.”
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